viernes, 15 de agosto de 2014

Guímara

Ayer estuve en Guímara. Fue aburrido y divertido. Todo el trayecto fue bastante aburrido, con sus paradas y las explicaciones de Fede, hasta que llegó el momento de la guerra.
Llegamos a unos merenderos después de haber subido una cuesta que levantaba bastante polvo y de repente empezó todo. Ainara gritó: "¡chicos contra chicaaaaaaaaas!". Los chicos cogieron un territorio y las chicas otro. Los chicos cogieron una piedra gigante, primer piso, segundo piso y sótano. La roca gigante era la muralla que ocultaba el piso de arriba, el piso de abajo y sótano. Hicieron una trinchera que cubrió enseguida a Julieta.Tenían un lago de color verde pota lleno de algas, con un bocadillo y varios bichos ¡qué asco! En el piso de abajo había un amigo… ¡Una oruga gigante con pinchos alrededor! Además el piso de abajo conectaba con el río y unas cuantas vacas, pues ese era el lugar de los chicos. Mientras que el nuestro era una lápida de piedra gigante que la usábamos como mirador, ya os contaré luego para qué servía el mirador. También teníamos una casita de piedra y barro que no habíamos hecho nosotras sino los cazadores, se podía entrar, las paredes tenían palabras escritas con carbón. Dentro de la casa había una botella de cerveza vacía "Buckler blanca" y una caja de Donuts vacía. En la casa había un líquido verde y fangoso que tenía moho por dentro. Entonces Jacqueline salió corriendo de nuestra guarida y fue directa a la de los chicos, justo en ese instante pasaron un montón de vacas, menos mal que paramos a Jacqueline tirándola de los pelos. Una de las vacas nos miró y dijo "muuuuuuuuuu", menos mal que no se dirigió hacia nosotras. Corrimos al mirador con Jacqueline todavía inquieta por pasar. Las vacas pasaron y mientras pasaban Jacqueline les tiró una piedra. Los chicos tenían tanto miedo que no salieron de allí hasta que las vacas se fueron.
Lo demás fue muy muy aburrido por eso no os lo voy a contar.
¡Eso es todo amigos!    

lunes, 11 de agosto de 2014

Cuando sube la luna
tú bajas
y me conquistas
el amargado corazón
que tengo.


La primera lágrima
cayó de tus ojos,
resbaló por las mejillas
y cayó en el corazón.
Tu lagrimita
en agua se convirtió,
en agua se transformó.


Tus ojos son azules como el mar.
Tus ojos son blancos como el azahar.
Tus ojos son verdes como la hierba.


Dibujé un libro
del que saliste tú.
Dibujé tu corazón
rojo y perdido.
Dibujé el amor
entre tú y yo.

miércoles, 25 de junio de 2014

Misteriosa

Me siento… ¡rara!
unas cuantas lechugas.
Brisa fría.
Ruidos raros.
Me siento…
salvaje… ¡fuerte!
Huelo algo…
raro… ¡cazadores!,
vacas, miedo y una mezcla de frío y calor…
veo gatos y peligro.
El tacto de mis ojos es claro, siento cosas que nunca siento.
Me ondea el pelo al viento y veo un rayo de sol o tiniebla que se filtra por las nubes.
Estoy confusa, rara, caliente, fría, enferma de sentidos, desposada.
Cuando toco el suelo me adapto al entorno, cuando miro al cielo veo lobos y avatares, cuando uso mi olfato huelo a huellas y me estoy muriendo de ideas.
Entre las tinieblas y el sauce veo un señor.

domingo, 20 de abril de 2014

El funeral

Hola de nuevo. Hoy os voy a hablar de la experiencia de hoy. Estaba comiendo palitos, o mejor dicho barritas de pan. De repente, como si viniera de la nada, el palito que me estaba comiendo se puso a pelear con uno de mis dientes.Y… ¿a que no sabes quién ganó? ¡pues la barrita de pan! Me dio un golpe tan morrocotudo que el diente hizo… ¡Crrrrac! Pobre diente. Se acerca su funeral. No tardará mucho…Yo quería que ganara él. Está a punto de caramelo. Bueno, como me lo hurgo todo el día…

¡CONTINUARÁ!   

viernes, 18 de abril de 2014

Un día cansino

Hola. Soy Paula. Puedes llamarme como quieras: Polilla, Poli, Pauli y Paulina. Hoy os voy a contar lo que me pasó la semana pasada. Pero antes de todo quiero deciros quién fue mi  profesor. Fue un tal Federico, quien me enseño las Mates, Cono y Lengua, pero no de la boca. No. La de la boca está ahí desde siempre.
Bueno, os cuento ya mi aventura. Había salido a andar con mamá, Charo, Margarita y otra maestra. Y resulta que a la otra maestra le gusta mucho andar y andaba y andaba sin parar. Primero, dijo: vamos a la fuente del azufre. Fuimos a la fuente. Luego dijo:  vamos a pasear por la orilla del río, que está más fresquita. Paseamos por la orilla y por último subimos por una supercuesta. Al final de la supercuesta, llegamos a la carretera, que llevaba a la ciudad. Llevamos a Charo a casa y la otra profe se fue a su casa. Mamá y yo nos quedamos solas de repente. Nos fuimos a casa y nos dimos un masaje de pies. ¡A la otra maestra le parecía que habíamos andado poco!

¡Hasta pronto!